Bloque 4

Bloque 4: El sistema de la lengua: ortografía y semántica


En esta entrada trabajaremos la ortografía y la semántica. Toda la vida trabajando con estos conceptos en el aula pero, ¿qué es la ortografía? Pues bien, se entiende ortografía por el conjunto de normas que regulan la escritura, por lo que es esencial que como futuros maestros sepamos trabajar la ortografía de una manera motivadora y eficaz para que nuestros niños adquieran estas normas de una manera sencilla y dinámica lo antes posible. ¿Y la semántica? La semántica estudia el significado de los signos lingüísticos y sus posibles combinaciones.
Y ahora, tras conocer el correcto significado de los términos con los que vamos a trabajar, manos a la obra. La propuesta práctica que vamos a plantear, consistirá en emplear una de las maravillosas actividades prediseñadas para la interiorización tanto de la ortografía como de la semántica, siguiendo los siguientes pasos para cada una de ellas: preparación, puesta en práctica y evaluación.

ORTOGRAFÍA


Comenzaremos con la actividad destinada para la interiorización de la ortografía “Cóctel de sílabas”. Para realizar esta actividad se formarán grupos niños. A cada grupo de niños se le dará una palabra con “x” número de sílabas. Y aquí comienza lo divertido. Cada niño del grupo debe coger una de las sílabas de la palabra, y cuando les toque y se les indique, deberán hablar a la vez de forma oral, cada uno diciendo su sílaba asignada. Los demás compañeros deberán averiguar de qué palabra se trata.
Esta actividad puede ir destinada a cualquier curso, adaptando el número de sílabas a la edad de los niños. Es una actividad que les puede motivar a trabajar de manera activa por tener ya un conocimiento amplio y previo de vocabulario con el que poder trabajar. En los cursos superiores, el vocabulario podrá ser más amplio y complejo. Si queremos trabajar con 1º y 2º de Primaria podremos emplear palabras de dos sílabas, en 3º y 4º de Primaria podremos emplear palabras de tres sílabas y en 5º y 6º de Primaria ya podríamos trabajar con palabras más complejas de cuatro sílabas haciendo más intensa la actividad. Por lo general podremos seguir este esquema, pero siempre deberemos priorizar por el tipo de clase y de alumnos con el que vamos a trabajar, el cual debemos conocer para poder favorecer su aprendizaje de una manera divertida y potenciadora.
Con esta actividad podremos trabajar además de la ortografía en sí de las palabras, la sincronización con los compañeros, la atención receptora durante la actividad y la comprensión clara de lo que se escucha.

PREPARACIÓN


1. Plantearnos unos objetivos específicos.
El alumno: conoce las palabras con las que vamos a trabajar, reconoce e identifica las sílabas que escucha, ordena de manera adecuada las sílabas.
2. Preparar el material si se requiere.
El maestro podrá seleccionar las palabras con las que se va a trabajar en función del temario y la edad de los niños. Llevará al aula las sílabas ya escritas en pequeñas cartulinas de diferentes colores a modo de baraja. La opción en la que los niños puedan crear ellos la bajara para luego llevar a cabo la actividad, la podríamos emplear con los primeros cursos de Primaria ya que esto puede ayudar a una mejor asimilación de las palabras y un trabajo más profundo en cada palabra.
3. Pensar cuál es la mejor forma de llevarla a cabo en nuestro grupo (dependiendo de los intereses, capacidades, etc… de nuestros alumnos).
Como bien he dicho antes, en función de la edad, y las características del grupo de niños con el que vamos a trabajar, podremos escoger la opción con el número de sílabas que más les beneficie. Del mismo modo, podremos emplearen en la misma clase distintos números de sílabas (con un aviso previo del número de sílabas que se van a decir para que los niños puedan centrar su atención) para un trabajo más completo y activo. Las palabras pueden tratar un tema en concreto o ser aleatorias en función siempre de los intereses de los niños.

PUESTA EN PRÁCTICA
 

1. Partir siempre de la evaluación inicial ¿qué conocen los niños del tema, de algunos aspectos concretos…? (Preguntar a los niños sobre ello y ajustar las respuestas a la realidad).
Días previos a la realización de esta actividad podremos hablar con nuestros niños y hacer un análisis por el momento, las circunstancias, la edad y las necesidades, de qué tema o qué tipo de palabras les podrían beneficiar más y cuáles les pueden motivar a prestar una mayor atención e interés por la actividad.
2. A partir de la motivación, explicar la actividad de forma clara.
Esta actividad deberá crear interés en los niños y ser un trabajo que vaya vinculado a una motivación. Esa motivación puede ser aprender y reforzar vocabulario con el que los niños se tengan que familiarizar o simplemente vocabulario que a ellos les guste y les inquiete.
3. Poner al menos un ejemplo, vosotros mismos o utilizando a niños a los que vais guiando.
Antes de llevar a cabo una actividad en el aula, debemos siempre informar y explicar a los niños en qué va a consistir la actividad y recibir su información para poder crear una motivación en ellos a la hora del desarrollo de la misma. Los niños podrán hacer ejemplos tras la explicación que aclaren el proceso que han de seguir para que salga bien la actividad, siendo probable la necesidad de más de un ejemplo para los cursos con niños más pequeños.
4. Dejar que los niños ejecuten la tarea. Si es oral, procuraremos hablar lo menos posible y escucharlos a ellos. Si es escrita, pasaremos por los grupos o por las mesas individuales para fijarnos si están teniendo dificultades y resolver dudas.
Con niños más mayores la explicación no se extenderá y simplemente actuaremos cuando el desarrollo de la actividad no se produzca con normalidad o cuando los niños muestren dudas o desinterés por la misma, mientras que con niños más pequeños posiblemente debamos interactuar más para guiar la actividad sobre todo en el comienzo de la misma.

EVALUACIÓN


1. Si es una actividad objetiva con una sola respuesta posible, se corregirá y se pedirá a los niños que expliquen cómo la han realizado. Las estrategias que han seguido los que la hayan hecho bien, servirán para enseñar a los que la han hecho mal. De esta forma los niños no sólo aprenden los resultados correctos, sino también las formas de obtenerlos. 
Si es una actividad abierta que admite múltiples respuestas, se escucharán algunas y se irán ajustando y mejorando si es que se requiere. También se preguntará a los niños cómo la han hecho, para trabajar las estrategias del mismo modo que en el caso anterior.
2. Como maestros, evaluaremos los objetivos que nos habíamos planteado. Si se han cumplido, si no y por qué.
La observación directa e individualizada y grupal a los niños en este tipo de actividades por parte del maestro es esencial para poder conocer el aprendizaje que estos desempeñan en el desarrollo de la actividad.
3. Preguntaremos a los niños si les ha resultado fácil o difícil la actividad y por qué. Si les ha gustado realizarla y por qué. De este modo evaluaremos sus motivaciones y sus capacidades de cara al planteamiento de futuras actividades.
Podremos pedir a nuestros niños que creen ellos modificaciones en esta actividad y las presenten en clase pasados los días o que piensen qué otras actividades podrían usar para trabajar la ortografía con sus compañeros.
4. Preguntaremos también a los niños qué creen que han aprendido haciendo esa actividad. Para qué creen ellos que sirve. La mejor motivación es siempre la utilidad (aunque nosotros pensemos que es el divertimento). Nunca hacemos con gusto algo que pensamos que no sirve para nada.
Escuchamos lo que dicen y las aplicaciones que ellos hacen y lo completamos nosotros, explicándoles los objetivos iniciales.
A todo esto hay que añadir, la aplicación al momento evolutivo-cognitivo y a los intereses de los niños en las diferentes edades, que el maestro ha de conocer y utilizar. Hay muchas actividades que pueden llevarse a cabo en todos los cursos de Primaria realizando variaciones o utilizando centros diferentes de interés, como por ejemplo el “Cóctel de sílabas”.

SEMÁNTICA


Ahora vamos a por la actividad destinada para la interiorización de la semántica “El mensaje secreto”. Para realizar esta actividad los niños, por grupos, deberán escribir un pequeño mensaje para sus compañeros. A continuación, buscarán en el diccionario la explicación de cada palabra y la pondrán en su lugar. Los demás compañeros deberán descifrar el mensaje.
Esta actividad puede ir destinada a cualquier curso a partir de los 9 o 10 años, adaptando la extensión del mensaje a la edad de los niños. Es una actividad que les puede motivar a trabajar la búsqueda de palabras en el diccionario ya que siempre ha sido una tarea absurda y aburrida que no generaba ningún interés en los niños por aprender, simplemente rechazo y desgana por la semántica de las palabras. Al poder escoger el mensaje los alumnos, la motivación de la actividad se verá incrementada y la participación será activa y potenciada.
Con esta actividad podremos trabajar además de la semántica,  la sincronización con los compañeros, la búsqueda rápida en el diccionario, y la comprensión clara de lo que se lee.

PREPARACIÓN


1. Plantearnos unos objetivos específicos.
El alumno: conoce el funcionamiento y utilidad del diccionario, reconoce e identifica las definiciones de las palabras para descifrar mensajes secretos, ordena los conocimientos de manera adecuada para poder descifrar mensajes.
2. Preparar el material si se requiere.
El maestro dispondrá de diccionarios en el aula con los que poder trabajar. Si contamos con más de un diccionario por grupo, la actividad será más sencilla y dinámica para el equipo.
3. Pensar cuál es la mejor forma de llevarla a cabo en nuestro grupo (dependiendo de los intereses, capacidades, etc… de nuestros alumnos).
Como bien he dicho antes, en función de la edad, y las características del grupo de niños con el que vamos a trabajar, podremos escoger la opción fijar la extensión de los mensajes que más les beneficie.

PUESTA EN PRÁCTICA


1. Partir siempre de la evaluación inicial ¿qué conocen los niños del tema, de algunos aspectos concretos…? (Preguntar a los niños sobre ello y ajustar las respuestas a la realidad).
Siempre debemos pautar unas normas en cuanto a los mensajes escritos evitando los conflictos o la comunicación de mensajes que no sean coherentes.
2. A partir de la motivación, explicar la actividad de forma clara.
Esta actividad deberá crear interés en los niños y ser un trabajo que vaya vinculado a una motivación. Esa motivación puede ser coger soltura a la hora de emplear el diccionario, usarlo para descubrir mensajes secretos, o conocer la semántica de numerosas palabras mientras se divierten.
3. Poner al menos un ejemplo, vosotros mismos o utilizando a niños a los que vais guiando.
Antes de llevar a cabo una actividad en el aula, debemos siempre informar y explicar a los niños en qué va a consistir la actividad y recibir su información para poder crear una motivación en ellos a la hora del desarrollo de la misma. Los niños podrán hacer ejemplos tras la explicación que aclaren el proceso que han de seguir para que salga bien la actividad, siendo probable la necesidad de más de un ejemplo para los cursos con niños más pequeños.
4. Dejar que los niños ejecuten la tarea. Si es oral, procuraremos hablar lo menos posible y escucharlos a ellos. Si es escrita, pasaremos por los grupos o por las mesas individuales para fijarnos si están teniendo dificultades y resolver dudas.
Con niños más mayores la explicación no se extenderá y simplemente actuaremos cuando el desarrollo de la actividad no se produzca con normalidad o cuando los niños muestren dudas o desinterés por la misma, mientras que con niños más pequeños posiblemente debamos interactuar más para guiar la actividad sobre todo en el comienzo de la misma. La observación y atención del maestro en los mensajes antes de que sean descifrados es fundamental para un buen ambiente en el aula entre compañeros.


EVALUACIÓN


1. Si es una actividad objetiva con una sola respuesta posible, se corregirá y se pedirá a los niños que expliquen cómo la han realizado. Las estrategias que han seguido los que la hayan hecho bien, servirán para enseñar a los que la han hecho mal. De esta forma los niños no sólo aprenden los resultados correctos, sino también las formas de obtenerlos. 
Si es una actividad abierta que admite múltiples respuestas, se escucharán algunas y se irán ajustando y mejorando si es que se requiere. También se preguntará a los niños cómo la han hecho, para trabajar las estrategias del mismo modo que en el caso anterior.
2. Como maestros, evaluaremos los objetivos que nos habíamos planteado. Si se han cumplido, si no y por qué.
La observación directa e individualizada y grupal a los niños en este tipo de actividades por parte del maestro es esencial para poder conocer el aprendizaje que estos desempeñan en el desarrollo de la actividad.
3. Preguntaremos a los niños si les ha resultado fácil o difícil la actividad y por qué. Si les ha gustado realizarla y por qué. De este modo evaluaremos sus motivaciones y sus capacidades de cara al planteamiento de futuras actividades.
Podremos pedir a nuestros niños que creen ellos modificaciones en esta actividad y las presenten en clase pasados los días o que piensen qué otras actividades podrían usar para trabajar la semántica con sus compañeros.
4. Preguntaremos también a los niños qué creen que han aprendido haciendo esa actividad. Para qué creen ellos que sirve. La mejor motivación es siempre la utilidad (aunque nosotros pensemos que es el divertimento). Nunca hacemos con gusto algo que pensamos que no sirve para nada.
Escuchamos lo que dicen y las aplicaciones que ellos hacen y lo completamos nosotros, explicándoles los objetivos iniciales.
A todo esto hay que añadir, la aplicación al momento evolutivo-cognitivo y a los intereses de los niños en las diferentes edades, que el maestro ha de conocer y utilizar. Hay muchas actividades que pueden llevarse a cabo en todos los cursos de Primaria realizando variaciones o utilizando centros diferentes de interés, como por ejemplo el “El mensaje secreto”.

Conclusión


Con la cantidad de actividades divertidas y originales que existen para trabajar conceptos como la ortografía y la semántica en el aula con niños, y que coraje no haber trabajado en mis años de Primaria con actividades como estas, y simplemente haber estudiado teoríam recuadros, definiciones que carecen de sentido, y listados de palabras y normas.
Yo me niego a que mis niños el día de mañana no puedan conocer otras formas distintas y maravillosas como ya he dicho antes de trabajar en lengua.
Como futuros maestros, podremos hacer que nuestras clases sean aburridas, pesadas, caóticas y teóricas, o crear un ambiente en el aula de motivación y aprendizaje activo donde los niños no quieran parar de aprender y crear.
Realizar este tipo de entradas, aunque a veces se me haga cuesta arriba, creo que es gratificante porque aprendo a crear actividades distintas y nuevas que podré llevar el día de mañana al aula y que me motivan, y si me motivan a mí, creo que a los niños les podrían encantar.
Y por último decir que me ha costado bastante elegir una actividad de cada, ya que la mayoría de ellas me parecían súper divertidas y curiosas para aprender con los niños.

Bibliografía y webgrafía 

Comentarios

  1. Hola Irene!

    Después de leer tu entrada, te felicito por el trabajo que has realizado. En este comentario te voy a trasladar las ideas que me han parecido realmente buenas y otras que me han dejado alguna duda.

    Para empezar, definir ortografía y semántica es una gran forma de introducir al lector en el tema. Ayuda a eliminar posibles dudas que puedan dificultar la comprensión de la propuesta.

    La actividad de la ortografía me deja algunas dudas. Primero, creo que debería especificar el numero de alumnos por grupo, ya que no es lo mismo hacer esta actividad en grupos de tres que en grupos de seis. Otra duda que me deja es si una palabra tiene tres sílabas y hay cinco alumnos, como se va a decidir quien participa? Una solución es hacer dos palabras. Por ejemplo, en un grupo de cinco las palabras pueden ser: montaña y silla. De esta forma todos participan. Me parece un gran acierto cuando recalcas que es importante conocer el grupo clase y los alumnos para establecer el número de sílabas por palabras, no hay dos clases iguales ni dos alumnos, por lo que esta idea es fundamental.

    Recuerda que los verbos de los objetivos deben ir en infinitivo y tienen que ser verificables. Es importante.

    Tanto en la actividad de semántica, como de ortografía, conocer los intereses de los niños e iniciar la actividad días antes de ponerla en práctica es una idea fantástica para crear interés. Acierto total.

    "Si es una actividad objetiva con una sola respuesta posible, se corregirá y se pedirá a los niños que expliquen cómo la han realizado. Las estrategias que han seguido los que la hayan hecho bien, servirán para enseñar a los que la han hecho mal." Es la mejor manera de que los alumnos conozcan otras formas de actuar y sean conscientes de que no hay una metodología absoluta. Además, según el curso en el que se realice la actividad, esta tarea puede servir para que comiencen a despegarse del egocentrismo.

    En cuanto a la ortografía, tienes algunas faltas y algunas ideas no están cohesionadas. Si haces un lectura de todo el trabajo, seguro que lo solucionas.

    Para acabar, me gustaría destacar la conclusión y las ideas que tienes sobre educación. Seguro que el día de mañana las pones en práctica.

    Espero que mis aportaciones te sirvan para mejorar y para ser consciente de las cosas que realizas bien, que son muchas.

    Nos vemos!:)

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  2. ¡Buenas tardes Irene!

    Me gustaría comenzar diciéndote que me ha parecido muy acertado empezar la entrada definiendo tanto la ortografía como la semántica.

    En el apartado ortografía, deberías justificar la actividad a partir del momento evolutivo en el que se encuentran los niños.

    En cuanto a los objetivos, creo que deberías ponerlos en referencia al BOCM y al curso al que va destinado. y siempre en infinitivo.

    Te faltaría especificar la puesta en práctica y la evaluación de la actividad en cuestión.

    En cuanto a la activiad de semántica, me parece muy buena justificación la edad, aunque lo relacionaría con el momento evolutivo del niño de 9-10 años.

    El resto de la justificación me parece correcta.

    Al igual que en la ortografía, te falta especif la puesta en práctica y la evaluación de la actividad en cuestión

    ¡Un saludo!

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